“No me sigan a mí, sigan al niño” María Montessori
María Montessori estudió y trabajó la mayor parte de su vida en la educación infantil. En el cuidado y entendimiento de esos primeros años de vida. Consciente de que cada momento que pasa, no vuelve. Entonces, preocupémonos por el ahora de nuestros hij@s sin especular con sus futuros.
¿Qué puedo ofrecerles ahora?
Para acompañar a los y las niñas en sus diferentes etapas evolutivas, tenemos que conocer estas etapas y ver la conexión que existe entre ellas. La infancia es una época de constante transformación para la autocreación, y para poder completar esta tarea, necesitan el acompañamiento de adultos conscientes de este proceso y un ambiente preparado para cubrir sus necesidades.
La etapa de educación infantil, la que abarca de los 0 a los 6 años, es la clave para esta formación de las y los adultos del futuro. Al nacer, sin importar su procedencia, cultura o condición, los niños y niñas tienen potencial pleno para ser y hacer lo que quieran. Son únicos, genuinos. Es el trato con los adultos, el ambiente que les rodea y la sociedad lo que les va a condicionar y llevar en una u otra dirección.
En esta etapa de adaptación al medio, es cuando las y los niños crean su forma de ser y de entender el mundo. De hecho, el 80% de su personalidad se crea en los seis primeros años de vida. De ahí la importancia de crear un entorno amable, rico, cuidado y especial para ellos. Un entorno atractivo, pensado para ayudarles a desarrollar su inteligencia, que mantenga viva sus ganas de explorar el mundo y de aprender de él.
Así, intentemos ofrecerles momentos de atención plena, para conocerlos y conocernos mejor y para poder hacer un acompañamiento más preciso. Los y las niñas crecen rapidísimo y la etapa de educación infantil no deberíamos olvidarla ni menospreciarla.
